Sevilla se encuentra, desde julio de 2019, en Estado de Emergencia Climática, con sequías cada vez más intensas y duraderas.
Urgen infraestructuras que produzcan agua potable o apta para el riego, como la desalobradora proyectada por EMASESA, cuyos detalles se han presentado hoy en la sede de GAESCO. Esta infraestructura permitirá mantener el suministro incluso en los peores escenarios, gracias al agua del estuario del Guadalquivir.
Como ha explicado el consejero delegado de EMASESA, Manuel Romero, esta futura infraestructura consiste en la captación de aguas en el estuario del Guadalquivir, aguas abajo de la presa de Alcalá del Río. Desde ese punto, el agua se bombeará hasta la conducción Gergal-Carambolo y se conducirá hasta la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) Carambolo, donde se tratará en una planta de tratamiento avanzado con membranas de ósmosis inversas y nanofiltración. Cuenta con un presupuesto de 60 millones de euros y un plazo de ejecución de 2 años.
En GAESCO estamos convencidos de que esta desalobradora generará nuevos recursos hídricos que impulsarán el desarrollo del territorio.